-Sharon - sollozó Cristina al verla soltando insultos, una clara muestra de que estaba bien.
- ¿Tú no has visto el cartel o qué? - puso los brazos en jarra el chico con la jeringuilla al ver a Cristina acercarse a Sharon estrechándola en un complicado abrazado por su posición. - No le muevas el cuello, hay que ponerle un collarín.
-Voy a matarte Sharon, te lo juro - prometió Cristina revisándola con la mirada. - ¿Qué te ha pasado?
-Nada, es este imbécil que me quiere perforar el culo - insultó Sharon señmigueldo al rubio. - A mí no te me acercas con esa mierda, he visto la película de Lobezno y sé lo que duele esa mierda.
-Samir Berroteran, encantado - le estrechó la mano a Cristina y la ojigris también se presentó. - He tenido la mala suerte de que me asignen a esta gruñona como paciente ¿Puedes sujetarla? Y decirle que por favor relaje el glúteo, llevamos así diez minutos.
-Sharon por favor - pidió Cristina limpiándose los restos de lágrimas. - Si lo haces, no te