No es que Miranda fuese desconfiada, pero tampoco entendía cómo alguien así parecía tener interés en ella, estaba esperando que su cara saliese en algún informativo de asesinos seriales o algo por el estilo. Nadie podía ser tan perfecto.
-Eso es porque no te ha esperado por las mañanas a que salgas del baño - añadió Ricardo cuando Gabriel les dejó de nuevo solos. - Ahí cualquier chico pierde la caballerosidad, doy fe de ello.
-Eres un exagerado.
-Por tu culpa tengo que lavarme los dientes y mear mientras Juan se baña ¡nos quitas el tiempo! - la acusó provocando la estridente risa de Miranda. - No tenemos intimidad.
-Contigo Ricardo, ni Juan, ni yo tenemos intimidad.
-Vale, pero tú tardas mucho en el baño.
Cualquiera que los viese pensaría en una cadena de montaje o de forma más sencilla, cualquier persona preguntándole de todo a un traductor. Gabriel parecía un diccionario parlante, contestando al momento cada pregunta de Nore mientras leía varios contratos que le