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Gabrielle Smirnov

Izan carga sobre sus piernas el pequeño cadáver de Luna.

Intento arreglar lo que aún puede salvarse, pero desisto a la idea al ver al italiano quebrarse al frente de mí. Han dañado su hogar, se han llevado la mayor parte de su esfuerzo. Le doy un beso en la frente y lo rodeo con mis manos.

—¿Quién hizo esto Izan? —sus ojos están cristalinos.

—No lo sé amor… no lo sé; le he hecho tanto mal a muchas personas que ya me es difícil saber quien fue. Primero Darío y ahora esto. —coloca el cuerpo de Luna en una caja.

—Tenemos que irnos de aquí, este lugar no es seguro, si entraron como si nada lo más probable es que nos puedan hacer daño si nos quedamos. Yo tengo algo de dinero y así—se coloca delante de mí con rapidez. Alzo la mirada para verle a los ojos.

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