19
Lo más probable es que Izan estuviese necesitando ese dinero y yo le quité la oportunidad de ganarlo. Chillo enérgica al sentir un líquido frío y espumoso caer por todo mi atuendo. Alene y un grupo de amigas se están burlando a viva voz de mí.
Izan toma a la pelinegra de la mano y la zarandea, Hiraku me pasa un pañuelo e intenta secarme, pero me alejo de él; Izan camina a toda marcha hasta donde estoy, pero lo abofeteo tan fuerte, haciendo que mi golpe cause eco en el lugar.