2. Tarde

Letty

Me despierto sobresaltada con el sonido del despertador de mesa que he dejado sonar. Al abrir los ojos y mirar hacia la ventana, veo que la luz del sol ya ilumina la habitación. Me siento en la cama y miro el reloj de mano en mi mesita de noche y en medio de mi bruma mental me doy cuenta de que el despertador ha sonado por cuarta vez, es demasiado tarde para ir a mi entrevista de trabajo. ¡Maldición! ¿Por qué siempre me pasa esto? ¿Por qué no puedo llegar temprano a ningún lado?

En ese momento, entra mi hermana menor en mi habitación, con una taza blanca de Lilo y Stich llena de humeante café y una sonrisa burlona en su rostro.

—El desayuno está listo, Letty—me dice mientras revisa su propio reloj de mano—. Y ya es tarde.

La miro siniestramente. No necesitaba su sarcasmo ahora mismo.

Me levanto rápidamente de la cama y corro hacia el baño para ducharme y arreglarme lo más rápido posible. Incluso creo que lastimé mis encías mientras cepillé mis dientes. Tomo un pedazo de pan de la cocina y salgo corriendo hacia la puerta del apartamento

—¡Recuerda que hoy cenamos afuera para hablar de tu siguiente fracaso laboral! —grita Riley desde la cocina.

 Sin siquiera despedirme de mi hermana e ignorando su broma cruel, salgo de nuestro pequeño apartamento en Broadway, Brooklyn.

Mientras camino hacia la parada del autobús, mi mente se llena de pensamientos que me impulsan a recordar que debo esforzarme al doble hoy en la entrevista, dado que mis ahorros están muriendo como mi motivación para despertar en las mañanas. Resoplo por mi mente inmadura, se supone que ya tengo 32 años. Recuerdo todas las entrevistas de trabajo que he tenido en los últimos meses y cómo ninguna de ellas ha funcionado. Antes de que la empresa en la que trabajaba, una empresa de alimentos, quebrara, era secretaria de un CEO y todo iba bien. Pero ahora estoy desempleada y desesperada por encontrar un buen trabajo.

He estado buscando empleo desde hace tanto tiempo que ya me siento desesperada. Me preocupa mi futuro y cómo voy a mantenerme a mí misma y a mi hermana menor. Sobre todo, porque mi hermana Riley depende de mí, está en su primer año universitario y prometí hacerme cargo de ella, de ella y su ácida boca. Me pregunto si alguna vez voy a encontrar un trabajo estable y seguro.

Finalmente llego a la parada del autobús y me subo, todavía pensando en mis problemas. Me prometo a mí misma que voy a hacer todo lo posible para llegar temprano a la próxima entrevista de trabajo que tenga si esta no funciona. Pero la verdad es que no estoy segura de si alguna vez voy a poder superar mi problema con el horario, odio las mañanas, no tengo un buen recuerdo de las mañanas en mi vida.

En el autobús pienso seriamente sobre la empresa EnerGreen, y no puedo evitar sentir una mezcla de emoción y nervios por la oportunidad que se presenta ante mí. He investigado bastante sobre la empresa y su trayectoria profesional, y estoy sorprendida por el impacto que han logrado en la industria energética. Han creado soluciones innovadoras para el cuidado del medio ambiente, lo que me hace sentir orgullosa de poder trabajar en un lugar que tiene una visión tan positiva y de futuro. El director del departamento de finanzas necesita una secretaria, supe por algunos contactos que Marco Williams está siendo un poco exigente con respecto a lo que necesita de una secretaria, por lo que supongo que el horario de llegada es importante para él y no tendré una nota 10 por ello.

Han pasado tres años desde que me gradué de la universidad, pero parece que mi suerte no ha cambiado. Siempre llego tarde a todo, y parece que eso es lo único que los empleadores ven en mí. No sé cómo resolver mi problema con el horario, pero sé que tengo que hacer algo antes de que sea demasiado tarde. Aun así, tengo buena autoestima y creo en mí misma. Lo convenceré. Tengo qué, solo me queda este mes de dinero ahorrado.

***

Mientras camino hacia la recepción de EnerGreen, puedo sentir la emoción en mi cuerpo, después de todo, esta podría ser mi gran oportunidad. Observo la fachada de la empresa, y debo admitir que es impresionante. Una sensación de calidez y de tranquilidad me embarga cuando noto que las ventanas son de vidrio y parecen reflejar el verde del Central Park que se encuentra a pocos metros de distancia.

Cuando entro en la recepción, me recibe una hermosa y amigable secretaria, que me sonríe cálidamente. Me acerco a ella y le pregunto.

—Hola, buenos días, ¿en qué piso se encuentra el departamento de Finanzas?

Ella me sonríe con su mirada verdeazulada y simpática. Está vistiendo un traje elegante de blusa blanca y falda gris de tubo. Su cabello es castaño oscuro y lo lleva recogido en una coleta como el mío, solo que el de ella está perfectamente hecho, el mío es un desorden.

—¡Hola! ¿Por qué estás aquí? —me pregunta.

—Tengo una entrevista con el señor Williams.

Ella asintió y marcó unos números en el teléfono fijo. Luego de explicar mi presencia a alguien por el teléfono, asintió y colgó.

—El departamento de Finanzas se encuentra en el piso 27. Debes tomar los ascensores que están a tu izquierda. Y te sugiero que hables con el señor Williams sobre la razón por la que llegas tarde. No es muy estricto, pero la puntualidad es importante para él.

Agradezco su ayuda y comienzo a caminar hacia los ascensores. Mientras espero el ascensor, pienso en mi posible jefe, y me doy cuenta de que nunca investigué lo suficiente sobre él. Decido buscar en mi teléfono celular mientras espero.

Mi búsqueda se interrumpe cuando llego al piso 27 y me recibe un pasillo largo y luminoso hasta llegar a la puerta del departamento de Finanzas. La puerta de vidrio estaba grabada con el nombre de la empresa y el logo de EnerGreen, y se abrió automáticamente cuando me acerqué.

Una vez dentro, noté que el departamento era amplio y bien iluminado. Las paredes estaban pintadas en un tono suave de verde claro y había plantas naturales colocadas en varios lugares. El ambiente era relajado, pero al mismo tiempo profesional. De repente sentí como si estuviera soñando mientras observaba todo con mi corazón latiendo de emoción.

Vi varias personas trabajando en sus computadoras y hablando por teléfono. Todos vestían de manera formal, pero había un par de hombres que llevaban trajes impecables y claramente muy caros.

Mientras caminaba por el departamento, observé un cuadro grande en una de las paredes, que mostraba el logo de la empresa junto con un eslogan que decía: Juntos por un futuro más verde. Sonreí.

Llegué a la recepción del departamento de finanzas y pregunté por Marco Williams. La secretaria me indicó su oficina y me dijo que podía esperar en una de las sillas frente a su puerta. Tratando de controlar mi nerviosismo y recordando las respuestas a las posibles preguntas de la entrevista, pongo en práctica esos consejos que Riley me dio para calmar los nervios, así que respiro profundamente.

Tengo tanta mala suerte que cuando voy por la segunda respiración, me veo interrumpida por un hombre joven que se asoma por la puerta de la oficina.

—¿Vienes para la entrevista? —me pregunta con una ceja enarcada.

Asiento y me levanto torpemente.

—Sí, señor.

Él asiente con una sonrisa amigable que me relaja todos los músculos tensos. 

—Ven conmigo.

Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo