Capítulo 27. Diversión en la mesa de regalos.
Isabel
La noche del viernes se desvaneció en un susurro de promesas silenciosas, un entrelazado de cuerpos y almas donde Liam y yo encontramos un refugio seguro. Nos movimos con la fluidez de un baile ensayado, como si nuestros corazones hubieran memorizado cada paso mucho antes de conocernos. El silencio entre nosotros era una sinfonía, un lenguaje propio que solo nosotros entendíamos, una paz que contrastaba dulcemente con la tensión de su familia.
Al despertar, la luz dorada se filtraba entre las cortinas, pintando el dormitorio con una calidez que me envolvió. Liam dormía plácidamente, su respiración un suave murmullo que acariciaba el aire. Observé cada detalle de su rostro, la forma en que sus cejas se relajaban y sus labios se curvaban en una sonrisa inconsciente. Mientras preparaba el desayuno, el aroma del café llenó el departamento, un aroma que se mezclaba con la anticipación de lo que el día traería.
Ser dama de honor de Karen era un honor que me llenaba de alegría, pero t