Capítulo 11. Entre alitas y cervezas
Liam
— Es buena hora para ir a comer unas alitas —sugirió Isaac—. Tanto estrés me dio hambre.
Estábamos pagando las cuentas. Nos quejamos de que las mujeres gastan en ropa y zapatos, y nosotros acabamos gastando más de lo planeado.
— ¡Genial!, las acompañamos con una cerveza —Alan se dirigió a la salida—. Conozco un lugar cerca de aquí que se llama "Alitas & Beers".
— Sirve que nos ponemos al día sobre cierta diseñadora —comentó Brian—. Nos dijo un "pajarito" que alguien se puso muy nervioso e impresionado.
— ¡Qué pajarito tan chismoso! —dije, señalando a Isaac—. No hagan caso, son falsos rumores.
Los tres cómplices se rieron de mí. Últimamente, a Isaac le da por comer; si sigue así, llegará a la boda con una enorme panza.
— Entonces, ¿qué le pasó al "amargado" de Liam Sullivan? —dijeron Brian y Alan al mismo tiempo.
Suspiré. No tenía sentido negar la evidencia.
— ¡Chicos, yo lo sentí! Esa tensión que había en el ambiente. Lo hicieron ellos dos. Hubo física y química —dijo Is