Capítulo: La visita inesperada

El cielo comenzaba a pintarse con los tonos cálidos del atardecer cuando la puerta de la casa se abrió. Damián entró acompañado de Alejandro, que venía saltando a su lado con su mochila colgando y una sonrisa que le iluminaba la cara.

—¡Mami! —gritó el niño apenas vio a Alejandra acercarse desde el pasillo.

Ale se agachó, lo abrazó fuerte y luego lo tomó suavemente de la mano.

—Ale, mi amor, quiero contarte algo. Hoy vino a verte una señora muy especial. Es la mamá de tu papá. ¿Querés hablar un ratito con ella? Eso está si vos querés, ¿sí?

El niño miró hacia el sofá donde María, pálida pero serena, permanecía sentada con las manos juntas sobre las piernas. La reconoció de inmediato.

—Es la señora del autito rojo —dijo con dulzura—. Me gusta tener abuelas.

Y sin más, caminó hasta ella y se sentó a su lado. María lo miró con un temblor en la boca que le dificultaba hablar. Pero el niño fue quien rompió el hielo.

—¿Usted se acuerda que me saludó desde su au