Algo cambió...
14:30 hs. - Salomé.
—Buenas...
—¡Por fin! ¡Uy! ¡Deja que te eche una mano!
Fernando acababa de regresar y venía cargado de bolsas. Unas diez, sin exagerar. El chico se había tomado en serio lo de la compra. Apenas lo vi entrar por la puerta, me levanté corriendo para ayudarlo.
—Ya me estaba empezando a preocupar... —dije mientras guardaba las cosas.
—Estaba lleno el Súper. Mala hora elegí para ir...
—¡Claro que estaba lleno! Sábado por la mañana, ¿qué esperabas? —lo regañé.
—Bueno, no importa. ¡Mirá todo lo que traje!
Comenzó a vaciar el contenido de las bolsas y a explicarme para qué tenía pensado utilizar cada cosa. Los ojos le brillaban, se notaba de lejos que le apasionaba de verdad todo lo relacionado con la cocina.
—En fin, ¿cuánto te debo? —dije sacando mi cartera del bolso.
—¿Me estás jodiendo? Las gracias y ya está —respondió dándome un golpe seco en la cabeza.
—En serio, Fer, todo esto te habrá salido muy caro...
—Salomé, estoy usando tu luz, tu agua y tu techo sin poner un