Nos acercamos al final de la historia mis amores, faltan algunos capítulos y los extras, gracias por seguirme hasta aquí, las amo
Clark Escuchar esa frase del padre de Isa, hace que me sienta con una muy rara mezcla de emociones, por un lado me siento confundido, por otro, me llena de rabia. —Disculpe señor Phoenix, pero no entiendo —hablo lo más tranquilo que puedo. —Mire señor Ritchson, usted habla muy seguro de usted, pero se le olvida que mi hija a pesar de su die, sigue siendo una hija de su casa —el hombre se acerca y se coloca frente a mi —y disculpe que lo contradiga, pero mi hija no es su mujer. No hasta que yo no vea su anillo de compromiso y su sortija de boda en su anular. Y una cosa es que nos invite a su casa y otra que quiera ir respetar nuestras tradiciones —y tiene razón. —Mi intención jamás ha sido esa señor, y tiene toda la razón en exigir respeto para su hija y su familia. —Qué bueno que lo entiendas muchacho, ahora vamos dentro y quita esa cara de pollo ahorcado, no mas te estaba midiendo. Isa y su madre explotan en risas, Vince, Magie y la chica que no se como se llama, se les u
Isabella Nunca imaginé que mi vida diera este giro, al que creí el amor de mi vida, con el tiempo y sus engaños, hizo que mi corazón lo olvidara poco a poco. Para cuando conocí a Clark, ya me sentía libre de volver a intentarlo, pues la ausencia de Frank, m demostró que no era amor. En algún momento en mi regreso a Austin, pensé que no merecía un amor como el de Clark, un amor que está dispuesto a entregarse por completo, que es atento y cariñoso; que es tan grande que puede perdonar y que acepta sus errores. Y fueron esas dudas precisamente que me ayudaron a darme cuenta que mi amor por él, es real, que todas las lágrimas que derramé no fueron mentira, y que cada sueño, es posible cumplirlo a su lado. Giro entre sus brazos y admiro cada cosa que compró, todo es tal cual lo habíamos mencionado. Mi lado oscuro se enciende y me dan ganas de probarlo todo. Llevó eso del cuarto rojo a un nivel más alto, porque esto literal, es un chalet rojo. Hay estantes con juguetes, las p
Frank Estamos tomando el desayuno el abuelo y yo, conversando de la aventura de este fin de semana, una llamada a su móvil nos interrumpe; el abuelo escucha con tensión, una sonrisa se dibuja en su rostro y solo asiente para terminar con la llamada. —Hijo, prepara el auto, iremos a la nueva casa de los Ritchson, son han invitado —se ve realmente emocionado. —Abuelo creo que lo mejor es que vayas solo, aun tengo pendientes en la oficina, te alcanzo en un par de horas. —Me han dicho que ira una coordinadora de eventos muy guapa, no recuerdo su nombre —truena los dedos a la altura de su frente —oh si, Fabiola. Pero si estás tan ocupado, iré yo... —Esta vida esta llena de imprevistos —hablo mientras envío un mensaje a mi asistente para que cancele todas mis reuniones de hoy —casualmente todos mis compromisos han sido cancelados de última hora. Tengo el tiempo para acompañarte. —Pero debes tener más cosas que hacer, es lunes por la mañana, es cuando más trabajo hay en la empre
Isabella Todos giramos por el mega grito que lanza Frank, se ve pálido y esta sudando, Clark, pasa su brazo sobre mis hombros y sonríe burlón sin dejar de ver a su amigo. Por otro lado, Frank, no le quita la mirada de encima a Fabi, tiene el ceño fruncido y se ve bastante preocupado, a ver a ver ¿de que me perdí? Solo me desaparezco un día y mi amiga ya tiene pretendiente nuevo. Giro a ver a Fabi, la pobre tiene los brazos cruzados, se que está a punto de reclamar, pero se contiene, muerdo sus labios para no lanzarse contra Frank, pero algo en sus ojos es diferente. Levantó una ceja al notar que este par en su silencio, se grita cuanto se gustan, y ahora resulta que nada más vine a poner la tentación frente a los desamparados hombres de Austin. Me rio mentalmente por mis ocurrencias, pero, es que van dos de dos, si bien dicen, que a veces solo estamos ubicados erróneamente en nuestros países y somo hechos para producto internacional, bueno, yo no, pero así dicen. Creo que
IsabellaHace un par de días llegó la confirmación de la reserva en el hotel más lujoso de todo el estado, es para le fecha de nuestro aniversario.Últimamente Frank, mi esposo, ha estado un poco cariñoso conmigo, y eso es como un sueño hecho realidad. Por primera vez en tres años de matrimonio, puedo ver una pizca de afecto hacia mi de su parte.Estoy terminando de aplicar el labial sobre mis labios, me compré un conjunto de lencería en encaje, espero que el negr* sea de su agrado. Salgo de casa con toda la felicidad del mundo, al fin nuestro matrimonio empieza a sentirse real. Hace cuatro años que salí de la universidad, entre a trabajar en Silver Corporation; me volví la mano de derecha de don Augusto Silver, patriarca de la familia Silver.Él me propuso un acuerdo matrimonial con su nieto Franklin, pues decía que juntos lograríamos llevar a la empresa a niveles jamás vistos.Yo acepte con todo el gusto del mundo, pues desde la universidad, yo estaba enamorada de Frank; fue un sue
IsabellaSolo veo su espalda alejarse, las piernas me fallan y caigo de rodillas aún dentro de la caja metálica. Ese hombre tiene razón, soy tan ridícula y patética. Me levanto aun con el ardor del golpe, abrazo la poca dignidad que me queda y salgo del hotel cubriendo mi rostro. Escucho la voz de Frank, a mi espalda y apresuró el paso, no quiero oírlo, no quiero tenerlo cerca. Paro el primer taxi que pasa y me alejo viendo como sigue gritando mi nombre.—¿A donde la llevo señorita? —me pregunta el taxista.—Solo avance por favor.Me giro sobre el respaldo y veo a Frank, que trata de alcanzar el auto, le pido al chófer que no pare. Mi vista sigue fija atrás, no puedo volver a confiar en él.Por un minuto pienso en ir a casa y recoger mis cosas; ya es de noche y no creo poder entrar y menos si ellos están ahí.Mi móvil suena distrayendo mis pensamientos, por un momento creí que era Frank, más al ver la pantalla, es el abuelo quien llama.—Hola abuelo —trato de sonar normal. —Mi quer
IsabellaMe toma de la barbilla con demasiada fuerza, el dolor hace que una lagrima salga y solo entonces es que deja de ejercer presión, más no me suelta. Me jala abrazándome y por más que quiera luchar contra él, tiene mis brazos aprisionados entre los suyos. Tengo miedo de él, jamás me había gritado siquiera y ahora no solo me... Eres tonta Isabella.—Frank, por favor suéltame, no tiene caso está escena, mira si lo que quieres es que tu familia no sepa de su relación; no hay problema, solo dejame regresar a mi antigua casa, te juro que no los voy a molestar pero no me hagas esto por favor —digo al borde del dolor, con cada palabra su agarre se hace más fuerte.—No, es que no lo entiendes, vamos a casa mi amor, por favor vamos a hablarlo. Hay cosas que no sabes y tengo que decirte —dice mientras toma mi rostro entre sus manos.Su mirada suplicante me pide que en silencio una oportunidad, más mi corazón me grita que ya nos lastimó y mi cerebro me hace poner las manos sobre su pecho
Narrador omniscienteEl hombre sintió la necesidad de abrazarla, había escuchado y visto todo pues la puerta estaba abierta. Desde que la vio al salir del ascensor cuando llegó, algo se removió en su pecho.Parecía un acosador esperando a la frágil chica; y claro que lo era ¿quien en su sano juicio espía a una desconocida?Dentro del elevador esperó hasta que la chica entró y pidió la planta baja, se aguanto las ganas de acercarse y poder abrazarla, su frío corazón la añoraba, sin embargo, se abrazó a si mismo y solo la veía.Cuando al fin llegaron a su destino, le tendió el pañuelo qué su madre le dio cuando era pequeño, era un recuerdo invaluable qué regresaría a él de una u otra forma.Salió fingiendo que no le afectaba, pero con la idea firme, de volver a verla y más pronto de lo que se esperaba.Al llegar a su oficina, le pidió a su asistente que retirara todos los beneficios de la antigua socia, ya no necesitaría de sus incompetentes servicios; era hora de hacer liquidaciones.—