32. Abre los ojos
Frank
Me despido de mi padre y poco a poco se escuchan más cerca las voces de Isa y Clark ¿qué hace el aquí? Tal vez debí quedarme más tiempo, no debí escuchar esto.
No puedo negar que me alegró bastante saber que Isa, está dispuesta a donar una parte de ella para salvarme, y también Clark, aunque ya no seamos cercanos.
Sin embargo, el saber que su corazón ya no me pertenece, pues a pesar de no decirlo, se que ahora ella lo ama a él, y que su amor, no solo es correspondido, también se que es protegido; lo que yo no pude hacer.
—Eso ya lo sabía...
—¡Frank! Espera no te muevas iré por el médico.
Mi hermoso ángel sale corriendo y Clark y yo nos quedamos viendo fijamente, es como si el tiempo se hubiera detenido, ninguno baja la guardia, ninguno retrocede.
—¿Cómo te sientes? —se atreve a preguntar.
—Como una mierda, me duele absolutamente todo —se me dificulta hablar.
—Escuchaste todo.
Solo asiento a su pregunta, trato de acomodarme, pero en verdad me duele todo, además, siento mis