VIOLA
—Es cierto, ¿cómo podría mentir? Iris me pidió que te lo dijera.
El hombre se marchó sin más, dejándome con la cabeza dando vueltas.
¿Por qué Iris me abandonó de repente después de siete años trabajando para mí? Además, lo hizo justo cuando más la necesitaba. Estaba enfadada y sorprendida a la vez.
Llamé a Iris. Al tercer intento, por fin contestó el teléfono.
—Iris, explícame este lío.
Durante unos segundos solo hubo silencio al otro lado de la línea. Luego se oyó la voz de Iris, ronca y temblorosa.
—Lo siento, señora... Lamento mucho no haber podido cumplir sus órdenes hasta el final.
Apreté el celular con fuerza.
—¿Qué quieres decir? Prometiste que te quedarías conmigo. ¡Me lo prometiste, Iris!
—Yo... te quiero mucho. He trabajado para ti durante siete años y quiero seguir haciéndolo. Pero hay algo que no sabes.
Fruncí el ceño.
—¿Qué es?
—Mi familia, la han amenazado. El señor Kael ha amenazado con hacerles daño si sigo trabajando para usted. No tengo otra opción, no es so