—Es cierto, jefe deberíamos movernos lo más rápido posible. Quién sabe cuándo los guardaespaldas de este niño se despierten y comiencen a hacernos más difíciles el trabajo. — Escucho cómo le responde alguien más joven.
Al instante de dejar de hablar. Escucho como las ruedas de un auto derrapan el suelo del estacionamiento para detenerse justo frente de nosotros. El par de hombres me toman por los brazos y me introducen dentro del auto que acaba de llegar. No estoy muy seguro de lo que ocurre a mi alrededor puesto que no tengo las fuerzas ni la energía para poder procesar la información de lo que ocurre a mi alrededor. Sin embargo, sé que Mena y Gio van a rescatarme debido a que en mi cuerpo hay implantado un chip de rastreo. Tan solo tengo que aguantar lo que venga y esperar paciente, aunque conociendo a los que me rodean, sé que eso no será tarea fácil mientras me mantengan con los ojos vendados. Intento mantenerme en calma, aunque la verdad es que no puedo hacer mucho gracias a lo q