SORPRESA
—¿Ha iniciado la cacería? —dijo Brandon mientras nos servían café, en el mismo sitio de siempre, a unas calles del bufete.
—Hoy fue nuestro primer encuentro. La llevé a mi piso y se dejó arrastrar sin protestas —respondí confundido y él enarcó una ceja.
—¿Se te antoja demasiado fácil como para que sea real?
—Exacto.
—Eres atractivo y no es extraño que una mujer de su edad se deje arrastrar por la pasión del momento y que al día siguiente, ni siquiera lo recuerde —bromeó y negué. Esa muchacha nunca había visto un tipo desnudo a juzgar por su reacción.
—¿Quieres decir que he perdido habilidades? —bromeé de todos modos y Brandon se encogió de hombros.
—Desde el momento en que asumiste que Eleanor ser&ia