Lara
Siento un nudo en el estómago.
El corazón me late con fuerza y temo que el sudor moje la mano de Arion. Me paso la punta de la lengua por los labios porque los siento secos.
Todo eso mientras trato de no mirar a esas personas que me observan con recelo. Evito mantener el contacto visual porque su expresión mordaz me hace sentir cohibida.
Un sabor amargo me recorre la boca porque me transporta al pasado… a cuando me sentía así: juzgada, tachada de malvada, de monstruo, solo por tener los dones que la naturaleza me dio.
—Así que esta es la siryes —habla una mujer de cabello rojizo y ojos esmeralda. Su porte elegante la hace lucir hermosa y fascinante, pero también intimidante.
Aprieto la mano libre contra mi vestido, arrugando un poco la tela.
Pese a mi nerviosismo, decido mantener la mirada en alto; no tiene sentido comportarme como un animalito asustado. Si voy a colaborar con Arion, entonces soy parte importante de esto.
—Sí, ella es Lara, quien nos ayudará a proteger a Faesya —