Capítulo XXXI...
Daniel se ha marchado y se dirige a la iglesia pues Aranza ha pedido verlo antes de la ceremonia…aunque Sebastián no quería, no puede decirle que no a los bellos ojos verdes de su futura esposa…
Además al hombre le interesa lo que la nuevamente futura marquesa de Alba tiene para decirle…
Al llegar a la iglesia, Daniel es llevado hacia el despacho parroquial en donde, al entrar ve a Aranza bellamente vestida de novia, a su lado Sebastián y en los brazos de ambos, están los mellizos…
-Aranza, hijo…
-No mereces ver a mis hijos – el hombre baja la cabeza – pero no voy a cargar sobre mi conciencia tu muerte prematura…
El hombre queda en shock…
-Así que he discutido seriamente con Sebastián y podrá ver a mis hijos cuando guste
-Aranza, Sebastián…gracias…
-Y otra cosa Daniel
- ¿Qué pasa hijo?
-Más te vale no decirle a Valeria que ves a mis hijos, porque de recibir una llamada reclamando esto, nunca volverás a verlos
-Haré lo que sea, y los hijos de la Baronesa…
-Tendrás que entenderte con La