66. Empieza la batalla
¿Sería que tenía tantas ganas de verla que ya estaba alucinando con ella?
— Si usted entra en este gran proyecto no tendrá mucho tiempo de acompañarlo, ¿cree que no fallará en su compromiso con mi empresa?
— ¿Quién va a cuidar a su hijo? ¿Su nana, su nueva novia o su madre, la panadera de los suburbios?
— Espere un momento… no le admito que hable así de mi…espera…¿Emma?
— ¿Qué haces aquí? —cuando la luz subió, reveló a la hermosa e imponente mujer sentada a la cabecera de la mesa, con un elegante vestido de tubo negro, maquillaje sencillo, pero labios rojos pasión.
— Hola, magnate Brown, cuanto tiempo sin verle – la sala cayó en una cueva de hielo y parecía que el mundo se había puesto en pausa.
Solo existían ellos dos ahí y ahora.
Steve estaba asombrado y se quedó mudo, solo mirándola.
El sentimiento de anhelo en su alma se hizo más fuerte, ella estaba tan hermosa, pero a la vez, tan diferente.
La calidez y sencillez que le habían enamorado de Emma ya no se encontraban allí, era un