—Y eso es lo que más me gusta de ella— añadió el mayor con una tranquila sonrisa.
Los planes de la mañana siguiente se vieron postergados a causa de la tormenta anterior, el pequeño Joel se había resfriado a causa de mojarse en la lluvia. Aunque no se encontrara en perfectas condiciones, estaba feliz de tener a su cuidado dos enfermeros vestidos de osos gigantes, nada más para animarlos.
—No entiendo de dónde sacaste trajes así— susurraba Thoma en medio del baile que él y Adele hacían para levantar el ánimo del niño, el cual se sentía mal por haber arruinado la pequeña expedición al jardín botánico.
—Mi hermana puede ser bastante extraña e irritante