—Adele… ¡Espera!— exclamó mientras frenaba en seco —no hemos cerrado la puerta de casa— sonrió algo extrañado.
Adele lanzó un enorme suspiro ¿Cómo era posible que volviera a olvidar cerrar la puerta? Ella gozaba de buena memoria, pero, no cerrar la puerta se había convertido en una mala costumbre. Thoma aún sonriendo regresó a casa para cerrarla, mientras que Adele, lo esperaba en el mismo punto apoyando sus manos en la cadera.
—Pareces una viejita— se burló Thoma llegando a dónde ella se encontraba.
—Ahora sí ¡Vamos!— exclamó mientras lo arrastraba nuevamente en busca de Joel.
Llegaron al colegio, había much