Jasone vio a su hija demacrada y algo maltratada y eso le preocupó.

—Mareska, ¿qué pasó? Tú no eres así, te ves cansada y demacrada.

—Papá, no ha sido fácil.

—Hija… —la abrazó—. No sabes lo feliz que soy a tenerte de nuevo en mi vida, eres lo más maravilloso que pude hacer.

—Papito, lo siento…

—¿Por qué?

—Por todo… por no recordarte y…

Jasone miró a Troy y se acercó a él y le preguntó.

—¿Cómo diste con ella?

—Es bastante gracioso —comenzó a decir Troy—. Mareska trabajaba en la dulcería donde hacía pedidos y cuando la vi… Me impactó.

—¿Trabajabas en una dulcería?

—Sí, aprendí muchas cosas —se abrazó a su padre—. Tengo tanto que contarte.

—Claro, pequeña, pero debemos de hablar con todos los amigos.

Y eso significaba que Zeus lo supiera y Troy le dijo a Jasone.

—Lo primero que deben hacer es estar juntos, dar gracias por la nueva oportunidad.

Jasone se acercó con gratitud al joven empresario y estrechó sus manos.

—Cambiaste mi vida, me devolviste a mi princesa.

—Es mi princesa también.

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