Dante Santana llegó a su primer día oficial en Magno Marketing con un carisma que hacía que las personas se voltearan. Traje italiano perfectamente cortado, sonrisa que prometía cosas interesantes y la confianza de alguien que sabía exactamente cuánto valía en cualquier habitación.

Nick lo observaba desde su oficina en el piso ejecutivo mientras Dante saludaba a empleados en el área abierta, memorizando nombres, haciendo bromas que hacían reír, siendo exactamente el tipo de líder hacia el que las personas gravitaban naturalmente.

—Se ve cómodo —observó Michaela desde el sofá donde estaba trabajando en la laptop. La doctora Chen había autorizado trabajo ligero desde casa con supervisión, y Michaela había insistido en pasar los días en la oficina de Nick “solo observando”.

Ambos sabían que era una excusa para vigila