POV: RIGAN
— Maldita sea. — Gruñí, girándome hacia Selene, que sonreía con diversión.
— ¿No te gusta mentirle a mamá? — Me provocó con un brillo malicioso en los ojos.
— ¡Creo que no apreté lo suficiente tu cuello! — Gruñí, molesto, avanzando hacia ella con pasos decididos.
— Está bien, está bien, ya entendí… Nada de bromas. — Selene levantó las manos en señal de rendición, borrando su sonrisa. — ¿Ponemos el plan en marcha?
Sacó la pequeña mochila que llevaba a la espalda, colocándola frente a sí y abriendo el cierre. Dentro había un arsenal de armas de defensa, incluidas unas esposas para lobos que impedían la transformación.
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