Eran las seis y media de la mañana cuando Tamir despertó con sueño y cansado de la noche anterior. Con su pijama de seda rosa, el cabello recogido hacia atrás y sandalias hawaianas, caminó hacia la cocina prácticamente arrastrando los pies. Sissi, en cambio, la siguió poco después, toda emocionada, emocionada y energizada por el hermoso sol de la mañana, donde su madre se asusta con su presencia.
- Hija, ¿qué haces despierta? – pregunta Tamir sorprendida
- Es demasiado temprano. - La complementa.
- ¡Hoy hay reunión mamá! - Contesta Sissi
- ¿Reunión? - Pergúntale a tu madre
- Sí, está escrito en la nevera. - Habla Sissi.
- Aquí, marcado con el corazón. – Muestra Michaluz.
- ¡¡¡Nuestro!!! – exclama Tamir
- Lo olvidé totalmente. - Habla Tamir
- ¡Mami! - exclama Sissi
- No te lo puedes perder. - dice Sissi recordando a su madre.
- Yo se de eso. - Contesta Tamir
- Y uno de los acuerdos entre tu padre y yo. - Habla Tamir
- Soy responsable de reuniones, eventos y todo lo relacionado con la e