El corazón late en el momento más inesperado, pero sin cita, pero sin aviso.
Por fin en casa, todos sienten el placer de atravesar la puerta y tirarse en el sofá. Cada uno con su comida favorita, y por supuesto con una hermosa sonrisa en su rostro. Por mucho que Tamir tenga náuseas por los horarios y el bienestar, esa noche se lo tomó todo con calma. Y su sonrisa estaba radiante frente a Sissi y Michaluz.
- Mamá está radiante. – comenta Sissi
- Ella tiene sus razones Princesa Sissi. - Contesta Michaluz también feliz
- ¿Fue por el baile! – Comprometer a la niña jugando verde
- ¿Has visto? - pergúntale a tu madre
- Por supuesto que lo vi. - Comenta tu hija
- Pensé que te estabas divirtiendo jugando. – Comentarios Tamir
- Hasta parece mamá, que me iba a perder esto. - Dice tu hija toda inteligente
- Eso es lo que miras. - Comenta que seria tu madre
- Claro. – responde Sisi
- Nunca me perdería el momento de ver a mi madre tan feliz. – Termina Sissi
- Gracias hi