21. ¡Fuiste tú!
21. ¡Fuiste tú!
Nova observaba a Knox fijamente, esperando que saliera de la habitación. Lamentándose por su minuto de debilidad. De verdad, había creído que él confiaba en ella; pero no. Knox necesitó las pruebas médicas para convencerse de que Nikki era su hija.
¡Era una tonta! Una ilusa por tener ilusiones.
Era una suerte que su hermano entrara a tiempo y le impidiera cometer un error. Estuvo a nada de ceder, de dejarse envolver por sus palabras bonitas. Dolía, dolía mucho y eso solo quería decir una cosa: aún seguía enamorada de él.
—¡Vete! —gritó, cuando Knox no se movió.
—Te juro que no tenía idea de que esta prueba fue solicitada, Nova. Créeme —suplicó, intentando dar un paso al frente.
El gruñido de Garrett y su fuerte agarre se lo impidieron.
—Terminemos con esto de una buena vez, Knox. Desde el principio, lo nuestro estuvo condenado a fracasar.
—¡No! —gritó Knox—. Acepto que nos faltó confianza, comunicación —añadió. Sus ojos se habían llenado de lágrimas que se negó a derra