capitulo 2

No hubo tiempo de llegar a quejarse por el golpe, pues en cuestión de segundo, Bastian había logrado reaccionar y la tenía sujeta de su desnuda y pequeña cintura y la había llevado hacia la cama, mientras esta se movía de un lado a otro con fiereza y valentía, en lo que el intentaba no tener que aplicar todas su fuerzas solo lograr someterla, además de que aquella no hacía más que gritar e intentar salir de sus fuertes brazos a como diera lugar, algo que le dificultaba un poco conseguir no hacerle daño, para no asustarla más de lo que parecía estar en ese instante 

Con mucho esfuerzo y sin más que poder subió encima de ella intentando no poner su peso en su estómago, en lo que al fin pudo lograr someterla, mientras  con agilidad subió sus brazos y con una de sus manos tapo su boca, mientras con la otra sostenía sus delgadas muñecas, mientras perecía que la pequeña fierecilla, no paraba de intentar salir a toda costa de sus manos, además de tener una notaría expresión de enojo y temor recorriéndola por completo

--No te haré nada... debes calmarte...--esto debía ser una broma, aquel hombre había hablado en ingles con una exquisito acento griego, algo que logro dejarla completamente sorprendida a Violeth, pues no tenía idea de donde se encontraba hasta ahora, además de que ese hombre de hermosos ojos verdes como el bosque frondoso y virgen la observaba con su cabello llenos de sedosos risos oscuros completamente desordenados y su perfil completamente perfecto no hacía más que ponerla nerviosa al no saber cómo actuar, además de ser secuestrada al parecer, también podía añadir el hecho de estar frente alguien que ella solo pensaba que existían en revistas y o programas de televisión, sin contar que ahora se encontraba completamente desnuda ante él, nada era fácil para ella y nadie podía juzgarla de estar en la forma en la que se encontraba 

--No he hecho nada... por favor déjame ir... juro que no delatare... juro que olvidare tu rostro en cuanto me dejes partir...--sus palabras habían salido en un exquisito tono de súplica, mientras él luchaba por no observar otra cosa que no fuese sus hermosos ojos azules como el mar y no aquel pequeño cuerpo, que le había visto a la perfección desde el principio, que por alguna razón había logrado despertar sus instintos como no lo había hecho ninguna mujer después de la muerte de su esposa

--¿Cómo te llamas? ¿Por qué estás aquí?—los ojos de Violeth se llenaron de lágrimas y negó con la cabeza, mientras no sabía cómo hablar sin quebrarse, tampoco tenía idea de que hacía en ese instante allí, ella era solo una pequeña maestra de artes en un pequeño instituto, no era nadie, ni siquiera era una mujer gran ciudad, no veía nada interesante para ser la victima de trata de blancas, por lo que no entendía nada, además de que aquel hombre al ser tan perfectamente hermosos ella estaba segura que no necesitaba tener la necesidad de comprar una chica para complacerse, aunque el mundo estaba tan loco para que cualquier cosa fuese posible 

--Me llamo Violeth, Violeth Jones... no sé por qué estoy aquí...--¿Jones? ese apellido él lo conocía muy bien, pero se negó a creer que se trataba de aquella, él se negaba a que aquella chica fuese ese tal Jones, pues en américa tal apellido era muy común, tal vez solo había sido una coincidencia nada más, tal vez no era nada y él solo estaba imaginándose cosas sin ningún motivo

--No te haré nada Violeth... te enviare a casa, solo déjame organiza todo... te soltare ¿está bien? Debes prometerme que no escaparas y que no harás ningún tipo de trampa... te prometo que mientras tú te portes bien yo seré bueno y te ayudare... ¿está bien? —Violeth aun un poco asustada asintió llena de esperanza, mientras aquel poco a poco se alejaba de ella, y caminaba hacia su guardarropa y le pasaba una de sus camisas, en busca de que ella no estuviese sin ningún tipo de ropa, algo que la pequeña castaña tomo de inmediato sin pensarlo, pues el único incómodo con su desnudez no era solo él –espera aquí... haré una llamadas e intentare ayudar, te aseguro que mañana estarás en tu hogar sin ningún problema--sin más Bastian salió de la habitación, mientras daba un gran suspiro cargado de suplicas de paciencia, pues no se había percatado en que momento había retenido su respiración y en qué momento se sentía tan excitado, además de molesto 

Él debía ser fuerte consigo mismo, él debía ser centrado como lo era siempre, debía ser el hombre estoico que era y no podía dejarse manejar por sus deseos internos y mucho menos por aquel extraño sentimiento de protección, que había surgido en su interior desde que observo sus hermosos ojos azules llenos de lágrimas, al estar tan asustada, Bastian tomo su teléfono y antes de siquiera poder llamar a su secretario, notó una llamada entrante de parte de su primo, algo que hizo tensar sus músculos y que su mirada llena de fastidio e ira lo invadiera, sin contar que algo le decía a grito que no contestara pues nada bueno vendrá de ello, algo que ignoro e hizo lo correcto como siempre solía hacerlo 

--¿Te gusto mi regalo?—debía ser una muy mala broma, aquel hombre era un completo sínico, no podía creer que su primo fuese tan poco ético, había raptado una chica americana y él esperaba que Bastian simplemente le diese las gracias, era una total desfachatez

--No te demandare porque eres mi primo, pero he de decirte que no permitiré que me metas en problemas con tus tonterías, lo que has hecho es un delito me encargare de resolver este problema, pero por favor no vuelvas meterme en tus tontería... te pido que sigamos siendo lo que hemos sido durante todos estos años... no más que enemigos... tus regalos te los puedes quedar... además de que te suplico encarecidamente que dejes de meterme en tus malditos juegos que no hacen más que arruinar todo... es una suerte que no sea tan tonto como tú y sepa hacer las cosas...--justo cuando Bastian estaba dispuesto a colgar el teléfono, la voz de su primo lo detuvo e hizo que una fuerte corriente lo atravesara de principio a fin

--Ella es la hija de Jones, de hecho es su única hija...

--No sé por qué eso me interesaría, no soy como tú, ese criminal ya está pagando por lo que hizo...

--No imagine que fueses de esos que se conforman con dejar que las personas se queden sin su merecido, había escuchado rumores sobre tu lado oscuro, sin contar que lo he visto algunas veces... pero veo que no son más que eso... historias o tal vez yo me lo imagine...—las manos de Bastian se convirtieron en puños y lucho consigo mismo en no caer en aquel juego manipulador de su primo, en lo que simplemente dio un gran suspiro en busca de tranquilizarse y hablo lleno de calma

--No me importa lo que hayas escuchado de mi... punto... la chica volverá a su hogar y te agradezco por el regalo, pero en realidad no lo quiero...

--Oh no... Primo, no lo entiendes, mi regalo no era la chica, mi regalo es la posibilidad de que puedas asesinar a la hija del hombre que arrebato la vida de la tuya, ojo por ojo y en caso de no poder hacerlo yo lo haré por ti... así que no te preocupes como lo dije en la fiesta, si tú no eres capaz de hacerlo, yo personalmente me encargare de ello...--¿pero qué palabras más perturbadoras eran aquellas? Bastian no podía creer tales palabras, no podía creer la desfachatez con la que hablaba su primo, por lo que cuando estaba dispuesto a refutarlo, Athan, se adelantó y termino con lo que tenía que decir dejando un golpe contundente con sus palabras—no te lo repetiré primo, tú no eres el único que desea venganza por la muerte de Kendra, quiero ver muerta a esa maldita cría, quiero que ese maldito hombre sufra lo que tú y yo hemos sufrido en todos este tiempo...

El corazón de Bastian estaba completamente errático, mientras sus ojos se llenaron de lágrimas, pues justamente esa palabras, en vez de llegar a motivarlo, solo le habían asegurado que aquel día, aquella discusión, aquellas palabras que ella le había dicho, aquello que él había descubierto no era más que la verdad, no era más que inicio de la ruptura de su matrimonio y la finalidad de un sueño en el que el solo vivía, engañado por aquel que ahora se encontrara tras la línea telefónica

--Vete a la carajo Athan, no permitiré que la toques y puedes intentar entrar en mi villa o incluso hacerle daño mientras esté a mi lado, disfrutare darte un disparo en una de tus extremidades, nunca he manejado un arma, pero siempre hay una primera vez... y me encantaría que esa primera vez fuese contigo, maldito psicópata...--sin más Bastian colgó su teléfono, mientas que daba suspiro en busca de paz y masajeaba sus sienes en la que intentaba controlar sus fuertes latidos y su respiración errática

Además de que ahora tenía una preocupación más que lo invadía, pues no permitiría que su primo asesinara a aquella chica que no era la culpable de lo ocurrido, aquel estaba seguro que ella no era más que una víctima como lo era él, ella no tenía la culpa de los errores de su padre, ella no se veía como alguien peligrosa y mal intencionada, pero él había prometido que le enviaría a casa y ahora al parecer ya no podría hacerlo, seguramente ella se enojaría, pero lo primero que debía hacer era protegerla, por lo que a pesar de todo debía hacer, él prefería por alguna extraña razón quedar como un vil mentiroso y el villano

Bastian se adentró en su habitación en completo silencio, en lo que observo como aquella hermosa chica de pequeña estatura. Se encontraba completamente sumida en sus pensamientos, mientras que mordía su dedo anular y movía su pierna derecha de manera insistente de arriba abajo contra el piso, no podía negar que ella realmente curiosa, se preguntó la edad de esta, era alguien muy baja, sin contar que tenía un cuerpo hermoso, el mismo lo había visto a la perfección a pesar de aquella manera en la que logro tranquilizarla, la chica era hermosa, en ese momento había olvidado su nombre, además de que había olvidado su lugar de origen, por lo que dio un leve carraspeo con su garganta y observo como aquellos hermosos ojos azules lo veían fijamente llenos de esperanza y temor a la vez, algo que no comprendía por qué, pero lograron de nuevo causar miles de sentimientos de protección hacia ella y miles de deseos que creía que lo habían abandonado, tras la muerte de su esposa

--¿Me puedo ir ya...? ¿Ya hablo con el aeropuerto? no tengo pasaporte, tal vez eso sea un problema, tal vez debamos ir a la embajada de estados unidos...

--Llame a Serguei para que tenga lista una habitación para ti... estarás cerca para poder asegurarme que no escapes...--sus palabras habían sido detenidas por Bastian, quien al decir cada silaba, habían caído como un balde agua fría para la castaña. Quien no entendía por qué sentía que eso significaba que no la dejaría partir, que su promesa no había sido más que palabras y justamente ahora solo le indicaba que no la cumpliría

--Creía que usted me ayudaría...--Bastian dio otro de los miles de suspiros que había dado desde que había hablado con Athan y la observo de manera firme, en el que mostró claramente que no sedería ante sus ojos llenos de tristeza, aunque no podía negar que habían logrado remover su corazón

--No lo haré... ahora recuerdo tu nombre, tu eres Violeth Jones, la hija de Elias Jones, el hombre que asesinó a mi esposa e hija y al parecer eres un regalo para que me encargue de que tu sufras y más que gustoso aceptare...--los ojos de Violeth se abrieron como platos y negó llena de pánico, mientras sus piernas temblaban y su respiración se había convertido completamente errática, causando en ella miles de deseos de escapar de inmediato de allí y pedir ayuda a quien quiera que se atravesara en su camino 

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