Bastian Katalakis, el ¨único¨ hijo de la familia aristocrática de Grecia, perdió a su esposa y su hija en un accidente de tráfico. Desde entonces él solo vive para la fama de Katalakis y cree que nunca va a enamorarse de otra mujer. Hasta un día su primo Athan Katalakis le trae una mujer como regalo de su cumpleaños: Violeth Jones, una mujer hermosa, amable que le atrae a Bastian en su primera vista, pero también su padre causó el accidente. Athan Katalakis, el ̈ oveja negra ̈ de la familia, el único objetivo de su vida es destruir la vida de Bastian. Esta vez, Athan invita a Bastian a un juego dulce pero peligroso. La apuesta es la vida de Violeth y lo más importante es no enamorarse…
Ler mais--No olvides mañana traer la nueva pintura que mostraremos a los estudiantes, la espero con ansias...--la voz de Sara se alejaba conforme aquella sacudía su mano, en lo que se mostraba medio cuerpo fuera por la ventana del auto, mientras Violeth solo reían llena de diversión al ver como aquella no temía por tan extraña postura en la que se encontraba, en la que posiblemente podía salir volando de allí en caso de una mala maniobra del conductor
Violeth aun con su sonrisa divertida en sus labios, tomo su camino hacia el lugar donde se encontraba guardada su bicicleta en la pequeña escuela de arte donde impartía clases a pequeños y adolescentes que según ella tenían mucho talento, que solo necesitaba un poco más de financiación, algo que según el decano declaraba impasible, por lo que simplemente decidió dejar de lado su pensamiento como de costumbre, para concentrase en sus pasos a seguir en su hogar, como lo hacía cada día mientras iba rumbo a su pequeña casa
En lo que daba pasos con toda la tranquilidad del mundo, tal como era todo en el pequeño pueblo de california, donde no había la menor prueba de que algo malo ocurriese más que la b****a mal tirada de los vecinos y las llamadas a la policía de muchos ancianos, por que según ellos los vándalos de los jóvenes solían hacer mucho ruido después de las ocho de la noche, un pueblo pequeño donde todos se conocían y no había ninguna novedad, era una vida llena de rutina y seguridad para Violeth, quien solía pensar que su vida seguiría como siempre, mientras que pensaba una y otra vez en todo lo que tendría que hacer al llegar a casa, que entre ellas una era terminar la pintura de su amiga que mostraría en clases, sin contar las miles de tareas para ayudar a su madre, sacaba el candado de su pequeño caballito de metal como ella solía llamarlo, pero entonces. Pudo sentir un leve pinchazo en su cuello y con ello su mundo quedo en completa oscuridad, sin tener la menor idea de que había sucedido en realidad, antes de caer por completo en el mundo de los sueños
Atenas Grecia
--Feliz cumpleaños... feliz cumpleaños...--por todos los lugares se escuchaban el sin fin de felicitaciones, en las que el rostro inexpresivo de el gran empresario y líder de la familia Katalakis se mostraba ante los invitados, además de que no parecía para nada complacido con el hecho de notar a tantas personas que para él, no eran más que desconocidos
Bastian Katalakis, era el sueño de toda mujer griega, aunque era uno de esos sueños imposibles, un hombre fuerte, decidido y dominante, además de su exquisito porte y belleza; era un hombre terriblemente inteligente y había llevado a su familia a la cúspide de las empresas desde que había tomado el poder, era el amor imposible de toda aquella que lograran estar cerca o incluso lejos de él, la única razón por que se podía decir que este era un amor imposible, era el cruel pasado que lo perseguía, en el que había perdido a su esposa e hija durante un lamentable accidente, el cual al parecer jamás logro superar
--Sé que todas estas personas ya lo han dicho pero... feliz cumpleaños querido primo...--Athan, llego con aquella sonrisa llena de maldad que tanto le predominaba, mientras que para Bastian, no era nada agradable que aquel fuese con tanta tranquilidad a aquella fiesta sin ningún tipo de invitación, además de que por obvias razones que solo ellos dos sabían ninguno de los dos podrían siquiera estar en la misma habitación por más de dos segundos, antes de querer asesinarse el uno al otro
--No estas invitado a lo que parece ser mi fiesta de cumpleaños, hasta donde tengo entendido... por lo que te suplico que te vayas del lugar, antes de que olvide el caballero que soy y la crianza que me impusieron desde muy niño--Athan no se había ofendido por la palabras de Bastian, después de todo, ellos no eran los mejores amigos y mucho menos los mejores primos, por lo que no le importaba para nada que este se colocara tenso con su presencia en el lugar abarrotado de gente estirada y según ellos la alta alcurnia de Grecia, como se hacían llamar a ellos mismos
--Lo sé... pero la tía no pensó igual... así que.... aquí estoy querido primo...--Bastian dio una mirada hacia su madre, quien vestía un costoso vestido y se mostraba bastante feliz ante la mirada llena de cariño de su padre, a lo que dio un gran suspiro y decido simplemente dar un paso en busca de alejarse de aquel, que no hacía más que dar problemas—oye no te vayas... vine en son de paz y para demostrártelo, te traje un regalo, y este viene de muy lejos... yo estuve ahí cuando uno de mi querida Elsa lo consiguió solo para ti...
--No lo quiero... tú y tus cosas sucias, se pueden ir a los confines del inframundo...--la sonrisa llena de malicia de parte de Athan, era algo que no le gusto para nada a Bastian, quien levantó una ceja al ver su expresión llena de satisfacción, al parecer su primo esperaba aquella respuesta, y nada bueno vendría de ello, ya que aquel solía tener una mentalidad bastante grotesca y sádica cuando se trataba de planes y juegos que en los que tenía la costumbre involucrarlo, mientas lo manipulaba con secretos familiares e incluso suyos
--Solo te diré que me tome el atrevimiento de m****r tu regalo a tu villa, si no lo quieres... yo mismo me encargare de destruirlo... ya sabes que yo jamás te presiono... bueno si... si lo hago, pero eso que importa, ya sabes si no puedes con ellos únete...--sin más aquel le dio la espalda y lo dejo allí, lleno de miles de incertidumbres, mientras notaba como su madre se acerba hacia él, con aquella sonrisa llena de dulzura que tanto la predominaba, ignorando como siempre lo dolores en el corazón de su hijo
--Deja ya esa cara... hoy es tu cumpleaños número veintinueve y parece que cumples cincuenta...--el rostro estoico de Bastian, mostró una mínima sonrisa y permito que su madre le diera una leve caricia en su mejilla masculina y bien tallada, mientras el solo pensaba que un día como hoy, su pequeña hija, también cumpliría años
--No es una fecha que me gustaría celebrar madre, eso bien lo sabes...--el corazón de Ainara, se estremeció de tristeza al recordar que ese día además del cumpleaños de único hijo, también lo era de ella, por lo que sus ojos mostraron una notable tristeza, al igual que el de su amado hijo
--¿No estarás siendo grosero con tu madre? es lo último que falta...--la voz dura de su padre se escuchó, en lo que Bastian noto como su padre alejaba a su madre de su lado y la tomo posesivamente de su cadera, mientras Bastian solo dio un suspiro y hablo sin aquel cariño que solía mostrar ante su madre
--No debes preocuparte padre... no lo hago de esa manera... ahora si me disculpan debo retirarme, tengo que trabajar...--los ojos de Ainara se llenaron de tristeza, pues aquello no era lo que deseaba, pero ella no tenía idea de cómo unir a su esposo e hijo, quienes se habían separado de una manera lamentables desde el día que su hijo había elegido el amor, por encima de la familia
Bastian tenía miles de sentimientos en su cabeza, miles de ideas retrogradas que se alejaban de su mente en cuestión de segundos, miles de acciones que solo hacían las personas cobardes, él no era uno de esos, pero en aquellas fechas era imposible en no pensar en cosas como ellas, en aquellas fechas era imposible que su corazón no se sintiera desolado, era imposible que no pudiese llegar alberga aquel sentimiento de querer estar con ellas, de lograr verlas aunque fuese por unas horas
No supo en que momento había llegado allí, no sabía en qué momento sin pensarlo su auto lo había llevado justamente a aquel tétrico cementerio, que por la noches era de verdad aterrador, en realidad si parecía a lo que muchas historias de las que hablaban eran real, pero no le intereso en lo más mínimo, él no era un cobarde, él sabía que ellas estaban allí y justamente era el lugar al que él pertenecía, aquel al que añoraba con ansias estar, solo con la única meta y posibilidad de tenerla en sus brazos nuevamente
--Hola mi amor... hoy nuestra hija cumpliera seis años... solo me imagino como seria su increíble fiesta, además de las discusiones que llegaríamos a tener, al ver que tu desearías tener una pequeña fiesta, mientras yo querría hacerlo todo en grande...--sus palabras no lograron ser terminadas pues la verdad era que en ese instante sus palabras habían quedado atascadas en su garganta, mientras luchaba por que sus lagrima no abandonaran sus ojos, pues él debía ser fuerte, no por el hecho de ser un hombre, lo hacía porque sabía que a ella no le gustaría para nada verlo de tal manera al menos solía consolarse a sí mismo de aquella manera aunque en el fondo el supiese que no era verdad --algún día... algún día estaremos juntos...--sin más aquel simplemente se alejó de la bien cuidada tumba, mientras se maldecía una y otra vez por no ser más que un cobarde
A llegar a su villa no noto nada completamente extraño, en lo que pensó que tal vez Athan solo había hecho una broma con aquello de hacer un regalo y logro tranquilizarse un poco, la verdad era que para Bastian no había nada peor, que aquellos mal intencionados regalos y deseos de su primo, quien él sabía perfectamente no hacía nada bueno, ya que de su manos no se podía esperar nada hecho de manera óptima o incluso legal, aquel era el hombre que odiaba y siempre lo odiaría, y nada en el mundo cambiaría tal sentimiento, nada en el mundo borraría el hecho de que ellos al parecer habían nacido para ser enemigos y que Athan seria siempre aquel que se encargaría de hacerlo sentir miserable y ruin
Subió los escalones que lo conducía a su habitación, en la que su villa era una de las más hermosas de todo Grecia, y no era de menos, pues la familia Katalakis era una de aquellas familias que no solo las procedía riquezas y empresas con un estatus alto en las industrias, también lo hacía el hecho de que aquellos eran de las familias fundadoras del país, en el que se les daba el títulos de condes e incluso príncipes, algo que para Bastian no era nada importante, por lo menos desde aquel día que logró verla con su despampanante sonrisa
Al iluminar la enorme habitación, había una inmensa caja de regalo envuelta en papel de colores pasteles, algo que logro inquietar grandemente a Bastian, quien se acercó a esta con algo de temor y aunque no deseaba hacerlo, muy dentro de él, sabía que debía cerciorarse de que se trataba aquello que había dejado Athan en el lugar, sin contar que él no era alguien que se intimidaba fácilmente y eso lo demostró de inmediato, mientras abría y quietaba el pequeño cerrojo que no permitía que nada de lo hubiese dentro saliese, aquel abrió la caja con cautela, pues aunque era alguien valiente, mas no era un tonto y no podía confiar de por sí, en aquel hombre que no era alguien de fiar
--Pero... ¿Qué?—no pudo terminar sus palabras, pues justamente en ese instante un golpe en su nariz logro hacer que retrocediera y diera unos leves cabeceos para lograr estabilizarse, mientras observo con sorpresa, como en cuestión de segundos una figura pequeña y delgada, salía de la caja y corría hacia la puerta dejándolo completamente sorprendido al cerciorarse que el famoso regalo de su primo, no era nada más y nada menos, que una preciosa mujer desnuda que parecía una preciosa hada danzando, mientras parecía estar queriendo huir, sin el poder evitar quedar completamente embelesado con su belleza
--te ves preciosa mi amor…--Violeth estaba nerviosa, pero aquellas palabras habían logrado que su corazón se acelerara, aunque era su madre quien las decía significaba mucho para ella, por lo que sonó agradable mientras que los demás se adentraba a la habitación y tapaban su boca llena de sorpresa y admiración en sus ojos los cuales eran tan expresivos como nunca antes lo habían hecho--jefa se ve hermosa, el señor Katalakis sin duda le encantara…--no había más que decir, sin duda aquel vestido había sido la elección perfecta, ella estaba tan feliz, tan llena de dicha que sentía que no caía en su propia felicidad, si alguien le dijera que de una escala del uno a diez cuan emocionada se encontraba, ella diría que probablemente un milAquel día había llegado, el día de su boda había llegado y ella era la mujer la
--golpéalo más fuerte… tal vez esa parte ya perdió sensibilidad…--un gemido de dolor se escuchó del hombre que tenían atado, mientras un llanto incesante se escuchaba a su lado, en lo que Bastian estaba sentado a un costado de aquella antigua bodega abandonada, mientras notaba la sonrisa de burla de Luka Russo y de Athan Katalakis claramente divertidos con el sufrimiento de aquellos--¿no entiendo cómo es que ustedes lograron sacarlos de la cárcel?—Athan observo a Bastian quien parecía horrorizado con las imágenes antes sus ojos, mientras que Luka parecía muy tranquilo con la situación algo que para él también era más que común--mi amigo el fiscal me ayudo, ellos fueron a una visita con el juez de garantía… me presento y el juez de garantía… ah… ah… duele aún…--no había duda q
--Violeth… mi amor… --Violeth levanto la cabeza, para observar a un Bastian completamente preocupado, quien sin pensarlo había tomado a Violeth en sus brazos, mientras Lois se apartaba de su lado y se colocaba a un costado cerca de Athan, quienes daban una mirada a la parejaAl fin estaba juntos, Violeth estaba golpeada y sus manos estaban completamente destrozadas, pero él estaba feliz de encontrarla con vida, ahora estaba completo y de cierto modo en paz, su familia estaba completa, su mujer había vuelto a sus brazos y aunque estuviese herida, sabía que se curaría y que él estaría allí en cada proceso, no volvería a permitir que la separasen de su lado, no permitiría que le hicieran dañoSe sentía tan culpable hacía unos minutos hasta antes de tenerla a su lado, se sentía tan inútil en no lograr dar con ella, que ahora que al fin la abraza fuertement
El lugar era silencioso y húmedo, no había mucho que Violeth pudiese comentar de su lugar de residencia en aquel instante, todo era horrible, ella deseaba salir corriendo, pero estaba atada de pies y mano por lo que le era imposible poder movilizarse con tranquilidad, sin contar que fue tirada a un rincón en aquel lugar como si de un animal lleno de sarna se tratara, no había duda que aquello no dejaban de sorprenderla, no dejan de mostrarle que ellos eran los que mandaban, pues no había hecho más que recibir golpes que iban dirigidos a una que otra parte de su cuerpo, mientras ella gritaba una y otra vez porque la liberaranAl principio gritaba porque aquel asqueroso hombre que ella una vez llego a creer que era su padre la liberara, o al menos que mostrara la cara, pero no había obtenido nada de ello, aquel simplemente se había reído en su cara y se había marchado con una sonrisa petulante, mientras unos
--no me estás ayudando, y si no me ayudas estas en mi contra, así que ayúdame a no enojarme mucho ¿quieres?—Athan parecía perder la paciencia, mientras aquel hombre lleno de temor colgaba del borde lo uno de los miradores más alejados de la ciudad que conectaba con el mar, era más que seguro que de morir, aquel no solo desaparecerá de faz de la tierra, también causaría gran conmoción, pues abajo solían ver toda clase de enamorados a las horas de la media noche, justo a esa hora en la que se encontraban, mientras que en la parte superiorNadie solía ir, a menos de que planeara asesinarse o incluso que planearan asesinarlo, ya que ese era un lugar peligroso que cualquiera le gustase visitar, aquello había sido un gran rumor esparcido hacía muchos años, lo que muchos no sabían era que ese rumor había sido esparcido solo por Athan en busca de que nad
--sí que eres descarado, la verdad es que estoy muy decepcionado de ti… ahora me pregunto cómo es que no lo había notado antes…--las palabras de Athan estaban llenas de cansancio, mientras el hombre atado frete a él, intentaba liberarse de su marre o incluso que liberaran su boca para lograr decir una que otra palabra algo que no tenía permitido, ya que Elsa había hecho un estupendo trabajo con su atadura--mi amo… ¿Deberíamos asesinarlo aquí? No creo que a la señorita le agrade, ya que aquí está tan limpio y creo que ensuciamos su alfombra…--las palabras de Elsa tenían toda la razón, si él hacía aquello, seguramente ella se enojaría, y en lo poco que la conocía, sabía que no lo tomaría de buena manera. Esa mujer era una fiera, lo sabía desde qué inicio a tratarla aunque aquella no hac&iacut
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