Aitiana se despierta temprano el sábado en la mañana, está muy ansiosa para llegar a la fiesta y poder hablar con Renato.
Sus padrinos le prometieron que harían todo lo posible para que ellos puedan hablar a solas.
— Papá, luego me puedes prestas tu celular por favor, para enviarle un mensaje a Renato por su cumpleaños.
— Mi amor termina de desayunar y luego tu padre te dará el celular,
Piensa que ahora debes alimentarte muy bien, son dos los que se deben cuidar.
Irma toma su mano suavemente, trata de distraerla.
— Si, hija, luego te lo llevo a tu cuarto, ahora desayuna tranquila.
— Gracias papá.
Irma se mira con kiara y ambas ya entendieron que deben impedirlo.
— Aitiana, ya sabes qué vestido vas a usar hoy en la noche.
— Si, por suerte ya había comprado uno y está mi vestidor.
— Yo voy a ir al centro de estética, ¿quieres venir para arreglarte para la fiesta?
— No, no hace falta, me arreglo yo sola acá en casa, gracias, Kiara.
— Está bien, si cambias de parecer me dices.
¡Maldita!