Kiara se encariñó mucho con el bebé y como le dijo a la directora del orfanato, no puede cuidarlo en este momento, pero pronto voy a volver por el niño para tenerlo conmigo.
- Se llama Ulises Rodríguez y pronto volveré, bebé, tú solo espérame - y se lo entregó a la directora, entre lágrimas, porque no quería despedirse de él, el hijo de su gran amor.
Una mañana, mientras conducía hacia el orfanato, nota que la siguen, desvía su recorrido y se va hacia la casa de Mateo. Él se sorprende de volver a verla, está con su nueva pareja, pero al ver a Kiara, se olvida de todo.
- Amor, nos puedes dejar solos un momento - dice Mateo, acariciando su mejilla y dándole un suave beso.
- Pero Mateo - la joven se molesta, se siente desplazada, traicionada, se va molesta, furiosa.
- Hola, Kiara, qué raro tú otra vez por aquí.
- Es que te extrañaba - se va acercando a él y comienza a seducirlo, él la frena, pero eso a ella no le importa. Se le insinúa y como Mateo aún la ama y no puede borrarla de su me