Narrado por Dulce.
Él puso la radio para calmarme, pues sabía que yo lo estaba pasando mal, y yo aproveché para mandar mensajes. El primero fue para mi hermano, asegurándole que estaba de camino, y el segundo fue para mi mejor amiga, quería hacerla partícipe de aquella noticia.
El trayecto fue incómodo, porque ninguno de los dos sabíamos que decir, y era incómodo. Paramos cerca de casa para echar gasolina, y él sugirió que entrase a comprarme algo para tomar, pues aún nos quedaban unas dos horas de viaje.
Compré un par de coca-colas y unas chocolatinas, y volví al auto, dónde él me esperaba, aunque aún no estaba dentro, parecía estar esperándome.