—De hecho, tuvo un inconveniente y estará ocupada.
—Auch —se toca el pecho—, y yo soy tu segunda opción.
—¿Qué? No, yo… —se avergüenza y el señor Fiege se ríe.
—Solo bromeó muchacho, cálmate un poco, no todo debe ser serio.
Arden se ríe y Richard le palmera el hombro. Salen del edificio y se suben al auto, encontrando a Simón muy concentrado en su celular.
—Finalmente, tengo hambre desde hace rato, ¿A dónde iremos a comer? —Alza la vista de su teléfono y sonríe al ver a Arden—. Hey amigo, ¿Cómo estás?
Arden se extraña, pero no pierde la educación.
—Bien, ¿Y tú? —da media sonrisa.
—Bien bien, ¿Hoy nos complace ver los pechos de tu novia? —bromea y su padre lo ve mal.
—No, ella no vendrá a comer con nosotros, si eso es a lo que te refieres. —Arden se mantiene ignorando sus juegos.
—Mmm pero no era para que comiera con nosotros, si no para que fuera el almuerzo.
Richard abre bien sus ojos y Arden solo suspira.
—Eso jamás pasará por más que lo desees, pero entiendo que te gust