Llegamos a la clínica y en ella se encontraba el general Acosta y eso me pareció sospechoso, debe ser algo relacionado con el comentario de Yaro. Quien una vez me vio se acercó para besarme y mirar el brazo donde tenía la herida.
—Menos mal estás aquí. —Volvió a besarme—. Un doctor te va a revisar.
—No es para… —con su mirada me quedé callada—. Está bien.
—Amira también la revisará un médico. En un rato te comento lo que ha pasado. Pero ahora debo hablar con mis amigos y el general. Por ahora no vamos a intervenir y vamos a mantenernos al margen.
—No sé de qué me hablas, pero ahora quiero saber de Onely.
—Pronto lo entenderás y ella sigue en cirugía. Faltan unas horas para que nos den reporte.
—Los nervios no me han dejado y no quiero viajar.
—Salomé debemos hacerlo. Ahora más que nunca, mientras le damos un respiro a Sabueso para que haga lo que va a hacer contra tu padre. Nosotros viajamos mañana. Los tiquetes los corrí un día, salimos mañana en la noche, aun así, tenemos tiempo par