Dicen que la tensión de energías se siente y en mi vida he estado en momentos tensionante. Pero este momento va a quedar en mi recuerdo como la más palpable, y era de parte de la señora Antonella, aquí se armará la tercera guerra mundial si ella llega a hablar, y debo cuidarla, mi amigo me lo pidió en el mensaje.
Cuando recibí el mensaje de Jabir, de que estaban en el parqueadero, ingresé a la habitación para ponerla sobre aviso y desde entonces no me dejó salir. Por eso me senté al lado de Onely. Sus hijos ya estaban arreglados. Ella gestionó todo para que le dieran salida hoy mismo y lo logró.
—Viajan con nosotros. —comentó en voz baja Onely. Nos miramos.
Mierda era una mujer de armas tomar, siempre lo hemos sabido. Y el momento crucial se presentó cuando los dos Montoya ingresaron al cuarto. La señora Antonella corrió a abrazar a su hijo, se le salieron las lágrimas, pero no determinó a su marido.
—Deberíamos salir.
Onely y yo nos levantamos, pero la voz firme de la señora nos detu