A la mañana siguiente Anwar partió muy temprano a su trabajo. Tau se despidió de él y le pidió comprar algo de chocolate para cuando regresara. Ni bien entró en la base pudo ver a su rubio amigo parado frente a la máquina de café, debatiendo qué hacer.
-Xumac - dijo.
-Estas mierdas de café. Nunca sé qué pedir - respondió con mal humor y analizando las opciones.
-Este, entrenador - la voz de Nahila los sorprendió a ambos. La castaña presionó el botón y el café comenzó a servirse en un pequeño vaso de telgopor.
-Nahila - saludó Anwar.