Capítulo Trece

-Quiero empezar diciendo, que jamás, bajo ninguna circunstancia, fue mi intención que Julieta saliera herida- Una pausa para tragar saliva- La primera vez, cuando Diana y Max la atacaron yo no estaba presente así que no me enteré hasta que fue muy tarde. No pretendo justificarlos pero ella estaba sola fuera de los límites con el aroma de un lobo que nos hizo mucho daño y que estamos cazando desde hace meses. Así que creo que eso fue lo que los empujo a actuar impulsivamente y me disculpo por ello-. Su voz no fallo en ninguna palabra y envidie la serenidad que mostró.

-Mi hija estaba semiconsciente con huesos rotos, heridas abiertas, flechas clavadas en su cuerpo tirada en el suelo, y tú solo dices que todo eso fue por un impulso-. Hablo papá con enojo pero mi mate no retrocedió.

-Me disculpo por no estar con ella para protegerla en ese momento pero no me puedo disculpar por acciones que no fueron mías. Diana y Max deberí

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