LA JUNTA.
Karim la miró, Aiko parecía ir de salida y eso no tenía sentido, apenas iniciaba la jornada laboral y ella siempre estaba en la oficina.
- ¿Piensas irte? – le preguntó acercándose a ella.
- Sí, tengo mucho trabajo que hacer.
- Lo sé, pero la oficina está aquí.
- Ya no, acabo de instalar mi propia oficina en un lugar más cómodo para mí.
Karim se acercó más a ella, Aiko percibió su maravilloso olor y tragó con dificultad, ese hombre tenía poder sobre ella, se apoderaba de sus sentidos y la hacía vulnerable, eso es algo que ella no puede permitir.
- ¿Hice algo que te molestara? - preguntó mirándola a los ojos de forma especial, hacía un día no la veía pero el tiempo había parecido más largo, se estaba acostumbrado a ella y eso era bueno pues lo ayudaría a parecer más genuino en la ejecución de su plan.
- No, por el contrario, estoy muy agradecida, solo que tengo un nuevo equipo de trabajo y quiero avanzar más rápido en la ejecución de mi deber.
- Entiendo - dijo Karim dándole espacio - pe