34. ¿Por qué no querías que supiera que estás mal?
— Vaya no veo a tu chófer hoy— dijo Rose saliendo de la universidad junto a su amiga y es que Julia no se había encontrado demásiado bien ese día por lo que quería asegurarse de que llegara bien a su coche.
— Te dije que ya estoy bien — respondió Julia con una sonrisa en los labios viendo el coche de su esposo aparcado. — No vino mi chófer ahí está Ciro.
Rose sonrió por la forma en que a su amiga le brillaban los ojos, era agradable verla enamorada y ese hombre que parecía frío pero se podía notar lo que también sentía por ella, la única que no parecía notarlo era su amiga.
— Igualmente voy a acompañarte el debe saber que no te has sentido bien.
— No hace falta, te dije que me encuentro bien — respondió Julia, mientras recordaba haber sentido algo de mareo y vómito tras el almuerzo. Aunque sabía que era normal en su estado, no podía contárselo a nadie, ni siquiera a Rose.
— Entonces solo iré a saludarlo.
Julia y Rose caminaron hacia el coche donde Ciro los esperaba. Al acercarse, Juli