Jennifer Stone
Ese beso, término en lamidas, mordiscos y chupetones…el beso más rico me ha dado en mi vida, saquea mi boca de forma apasionada...
Me besa mejor que antes, pero no todo queda en el contacto de nuestros labios, me vuelvo loca literalmente cuando sus manos comienzan a recorrer mi cuerpo con suavidad, no quiero suavidad quiero que me apriete y me arranque la ropa de la piel.
Pero él se toma su tiempo…Aunque por el temblor de sus manos esto nos afecta de la misma forma a los dos.
No me quedo tranquila, no soy ninguna niña tímida yo no dudo que estar con él es lo que quiero y después pensare en las consecuencias…Lo he soñado tantas veces, lo he extrañado tanto…su olor su piel, sus besos…
Me comienza a apretar las nalgas y gimo de placer, un calor se concentra en mis entrañas –Samir. — Silabeo cuando ¡lame mi cuello!, por Dios me siento arcilla entre sus dedos.
Me mira a los ojos y acaricia mi zona sur sobre la ropa, con los ojos tan oscuros que parecen negros— ¿Te gus