CAPITULO 49 METIENDO EL DEDO EN LA HERIDA.
Eileen Williams & Narrador Omnisciente
—Estás preciosa, mi princesa —le sonrió Axel, levantándola entre sus brazos y girándola por el aire.
—¡Ya, ya, tío! —gritaba Alana, entre risas.
Derek, salió de su habitación peleando con su corbata.
—No me gusta esto, mami —gruñó.
—Lo sé, cielo. Será solo un rato mientras se casan tu tía Ángela y tu tío Lucas —le aseguré a mi hijo.
—Nosotros somos los payesitos —dijo Alana, saltando.
Pero Derek gruñó, molesto con la corbata.
—Pajecitos, linda —la corrigió Axel, sonriendo.
—Será solo un rato, campeón. Luego tú y yo, nos quitamos esta tortura —gruñó Axel, señalando ambas corbatas. Derek, sonrió alegremente.
—¡Qué bella está tía Ángela! —mencionó mi hija Alana, soñadoramente.
—¡Guau, qué lindas están! —dijo Brais, entrando en la habitación mientras nos hacía girar a todas.
Adara, Dalia y yo, estábamos cubiertas por unos vestidos largos con una gran abertura en la pierna y un escote en la parte delantera tipo corsé que nos resaltaban