Eileen Williams.

​—Creo que has bajado un poco de peso, —me regaña Brais.

​—Tú debiste ser diseñador de modas, —murmuro cuando él cruza un alfiler en el hermoso vestido.

​—¡Eso hubiese sido la locura! Imagínate mi vestido de novia diseñado con fusiles, bazucas y granadas —se ríe Ángela.

​—Serías la novia explosiva —bromea la agente Risco, que viene caminando con un vestido espectacular. Ella, se ha medido tres y le han quedado perfectos; en cambio, a mí me falta para rellenar el mío y ya estoy harta de tantas pruebas. Ni la novia se ha medido tanto su vestido como yo.

​—¿Será que estás embarazada y a eso se debe la pérdida de peso? —Pregunta la diseñadora, ayudando a Brais, con los alfileres.

​—No, mi inyección todavía está activa —respondo apresurada. Brais se ríe.

​—¿Estará listo para mañana? —Pregunto, ya preocupada. La boda de Ángela y Lucas, es en dos días, y nosotras todavía estamos con los problemas del vestido.

​Risco llega exhibiendo otro vestido que le queda mucho más hermos