Al siguiente día por la mañana, cuando Sibel salió a trotar dentro de la casa, Sora se puso en medio, y ella se detuvo con agitación.
—Me han pedido que la lleve a un lugar… —Sibel tomó de su botella de agua y luego asintió.
—¿Iván?
—Su abuelo está en la UCI, tuvo un infarto…
Los ojos de Sibel se abrieron, y todo su cuerpo se estremeció.
—¿Cuándo?
—Ayer por la noche…
Ella literalmente se fue corriendo a la habitación a ducharse muy rápido, y se vistió con lo primero que encontró.
Tenía una situación en la boca del estómago, y cuando llegó a aquella clínica a donde Sora la acompañó, juntos a varios hombres, se enfrentó a una realidad, que ella no había previsto.
En la sala de urgencias estaba Clara, la mujer que siempre pensó era su madre, y su hermana Keira.
Ella disminuyó los pasos, y pasó un trago cuando Clara levantó la mirada para verla. Allí no estaba esa sensación en sus ojos de querer verla como en el pasado, y su hermana primero miró a su mamá, antes de mirarla de alg