El niño fue llevado a la habitación privada antes que la madre, a Fabio ya lo habían echado de la sala de expulsión para atender a Mariana y limpiar al bebé y también checarlo que viniera bien al mundo
El CEO había dejado la pañalera para que lo vistieran, una enfermera llegó a la habitación con el niño envuelto en una frazada azul y la pañalera al hombro
— Señor Mancini, aquí está su bello bebé, viene despierto, parece que le va a gustar la noche, suerte con eso — Fabio lo recibió en brazos, y comenzó a hablarle
— La enfermera no sabe que está es tu hora favorita para comer, mira que despierto estás — el niño parecía estar escuchando al padre, hacía algunos gestos con la boquita, y de la nada comenzó a llorar
— Ya le traigo una mamila, creo que tiene hambre, la enfermera fué y vino rápido con un biberón, el padre se lo dió a su pequeño quien comenzó a comer con fuerza
— Tenías hambre ¿eh? y yo que no le creía a tu madre cuando me decia que eras tú quien se levantaba hambriento por la