La familia estuvo un poco más de tiempo disfrutando del bebé, los Ferreira, estaban de lo más felices, sobre todo Drago, no podía dejar de ver a su hijo, cada parpadeo, cada gesto, cada sonido
Aithana, conversaba con su padre del bebé
— ¿Papá, vas a querer a Dallán, a pesar de que no se parezca a nosotros y sea una gota de agua de los Ferreira? no parece tanto tu nieto como tú querías
— No digas eso, es tu hijo y por lo tanto mi nieto, él no tiene la culpa de que los genes acaparadores de Danilo, lo alcanzaran, por supuesto que lo amamos, princesa
— Me da tanto gusto escucharte decir que vas a amar a mi bebé aunque no se te parezca, eres el mejor, papá — Aithana, se fué quedando dormida, estaba muy cansada por todo el esfuerzo que había hecho en el parto y por todo el dolor que había soportado, Ramsés la arropó y le dió un beso en la frente, el CEO, desde que conoció a su princesa, la había adorado como a nadie, ahora recién había sido madre, solo podía pensar en que el ti