Raymundo escuchaba gritar a su esposa camino al hospital, se le ponían los pelos de punta, ella se retorcía de dolor frente a los ojos del CEO, al hombre le desesperaba no poder hacer mucho para ayudarla
— Tranquila mi amor, todo va a estar bien, pronto vas a dejar de sentir tanto dolor
— ¡Solamente que me mates ahora mismo porque no veo como esto pueda mejorar, me duele demasiado! — Sofía estaba teniendo una contracción tras otra
Raymundo estacionó el coche en urgencias y sacó a su esposa del auto en brazos, un enfermero trajo una silla de ruedas rápidamente, de un momento a otro ya estaban en la sala de expulsión, el bebé ya venía, él ya quería nacer
El llanto de la criatura llegó a oídos de los padres, ellos estaban felices, Sofía no pudo contener las lágrimas y Raymundo apenas le acercaron a su hijo, el duro CEO lloró de emoción, quería muchísimo a Alessandro pero tener a su propio hijo, sangre de su sangre y carne de su carne, lo conmovía a un nivel que jamás había experimentado