Entre a la habitación me saque el saco de Samuel y lo tire al piso con rabia, camine directo a la cama, me acosté de lado y espere, espere tanto que creo y pasaron horas, pero la rabia y el dolor que sentía no me dejaron dormir.
Escuche la puerta abrirse y de un salto me levante, iba a enfrentarlo, iba a golpearlo por ser un bastardo.
— pensé que dormías — me dijo.
Yo me acerqué a él y con ganas le di una bofetada, que resonó por toda la habitación, mis dedos quedaron marcados en la mejilla de Samuel.
— eres asqueroso — le escupí con rabia.
Samuel me miro con los ojos muy abiertos.
— ¿para qué te casaste conmigo? — le pregunte.
La manzana de adán de samuel se movió, él se veía muy nervioso. Pero no pronuncio palabra y eso me enfureció aún más, empuñe mi mano y con fuerza lo golpee en el rostro.
— respóndeme, ten al menos el valor de hacerlo — le grite.
Sentía como todo mi cuerpo temblaba de la ira, quería golpearlo hasta que la rabia se disipara.
— la amo — me soltó de golpe.