Me quedé impactada y no dije nada.
Valerie me miró y entendió mis dudas.
Suspiró, me tomó la mano y dijo:
—Ya sé, todavía te pesa que Mateo te echara de Ruitalia, que te odiara, que dijera que no quería verte más. Pero ahora no hay otra, ¿o sí? No le des tantas vueltas, múdate a su casa. ¿Tú crees que volvería a echarte? Y si lo intenta, pues te quedas ahí.
Desalentada, la miré:
—¿Eso funcionaría?
Valerie aseguró confiada:
—Claro que sí. Además, tienes a Embi y a Luki de tu lado. Si Mateo quisiera echarte, ellos no lo dejarían y no tendría salida. Y otra cosa: los hombres no aguantan mucho tiempo. Tú vives ahí, lo provocas un poco de vez en cuando, y verás cómo no resiste. Deja de complicarte, lo importante es que quedes embarazada.
Sus palabras tenían lógica, pero aun así...
Ella notó que yo dudaba y me abrazó:
—No pienses más. Hazme caso. Ya casi empieza el rodaje, y Alan insiste en que me mude a su casa porque queda cerca del set. Así no podré acompañarte tanto. Mejor ve a vivir con