Javier la miró, serio.
Camila de inmediato puso cara de inocencia y se quejó:
—¿Qué pasa, Javier? ¿Dije algo malo? Si el director Samuel aprecia tanto el talento de Aurora, ¿no es eso algo bueno? Además, solo se sentará un rato junto a ella para charlar, no le va a hacer nada. ¿De verdad es para tanto?
—¡Cállate! — Javier la interrumpió.
Camila puso cara de como si estuviera a punto de llorar. Quiso responder, pero Carlos le tiró de la manga discretamente, indicándole que no siguiera hablando.
En ese momento, Mateo, que llevaba rato en silencio, habló con un tono calmado:
—Señor Martínez, ya que tu hermana lo mencionó, ¿por qué no intercambias el asiento con el director Samuel? Al fin y al cabo, ¿no viste que él se quedó parado detrás de ti todo el tiempo, esperando?
Javier se puso molesto y giró la cabeza.
En efecto, ahí estaba Samuel, expectante, de pie detrás de él.
Aunque Javier tenía buena educación, en su cara se notaba una pizca de incomodidad.
Al final, respondió con seriedad: