Capítulo 447
Yo no me moví ni un poco.

De pronto, él me jaló fuerte y me obligó a sentarme.

—¡A desayunar ahora mismo! —ordenó con un tono de completa autoridad.

—¡Estás loco! —le grité, cansada, apartando su mano.

—¡Primero me quitas la comida y el agua, y ahora me obligas a comer! Si estás mal de la cabeza, ¡vete a un loquero y no vengas a desahogarte conmigo!

Cuando la rabia le gana al miedo, te animas a decir lo que sea.

Mateo me miró fijo, con esos ojos oscuros y penetrantes. Después de unos segundos, de repente sonrió:

—¿No querías salir?

Me quedé sin palabras, sintiendo que algo en mí se encendía.

Pero cuando vi lo serio que estaba, la emoción se me bajó de inmediato.

—¿A poco vas a ser tan bueno como para sacarme a dar una vuelta? —pregunté con un tono burlón.

Mateo se sentó en el sofá.

Llevaba el traje perfectamente puesto y su postura era tan recta que parecía una estatua.

—La película de Michael ya terminó de grabarse —dijo, muy tranquilo.

Lo miré con asombro.

¿Ya terminó?

La última vez
Continue lendo este livro gratuitamente
Digitalize o código para baixar o App
Explore e leia boas novelas gratuitamente
Acesso gratuito a um vasto número de boas novelas no aplicativo BueNovela. Baixe os livros que você gosta e leia em qualquer lugar e a qualquer hora.
Leia livros gratuitamente no aplicativo
Digitalize o código para ler no App