Capítulo 382
Le lancé una mirada indiferente y me di la vuelta para ir al carro.

Pero apenas había dado unos pasos, Mateo me agarró y me jaló fuerte contra su pecho.

Me apretó tanto que mi cabeza se pegó duro contra él.

Todo me dio vueltas. Tardé varios segundos en reaccionar.

Me llevé la mano a la frente, que me latía de dolor, y le pregunté:

—¿Qué te pasa?

Mateo me miraba con una seriedad que daba miedo:

—¿Qué fue lo que te hizo Waylon anoche?

Seguía con la misma pregunta.

Me apretó los hombros con fuerza y, fuera de sí, me gritó:

—¡Dime la verdad! ¿Te hizo algo? Si el cabrón de Waylon se atrevió a hacerte algo, aunque me cueste la vida, te juro que me encargo de él. Entonces, ¿por qué lo tapas? ¿Por qué dijiste que fue por tu cuenta? ¿De verdad piensas que no puedo enfrentarme a ese tipo?

—¡Ya basta! —le grité, cansada.

—¿No ves cómo estamos? Este es su lugar, toda la gente aquí le responde. Al final no pudo hacerme nada, ¿y tú sigues con lo mismo? ¿No sería mejor dejarlo pasar y seguir con el n
Continue lendo este livro gratuitamente
Digitalize o código para baixar o App
Explore e leia boas novelas gratuitamente
Acesso gratuito a um vasto número de boas novelas no aplicativo BueNovela. Baixe os livros que você gosta e leia em qualquer lugar e a qualquer hora.
Leia livros gratuitamente no aplicativo
Digitalize o código para ler no App