Capítulo 331
Le lancé una mirada sin pensarlo, pero bajé la cabeza de inmediato.

Con solo verlo, sentí ese aire amenazante que siempre tiene.

—Eh, Mateo, espera… ¿vas a salir otra vez...?

Alan trató de detenerlo antes de que llegara a la puerta y me dijo:

—Aurora, anda, ve a mimarlo un poco. Si lo haces, seguro se le pasa.

Yo seguí comiendo sin decir nada, como si no hubiera escuchado.

Pero mi corazón seguía latiendo fuerte.

Alan no se rindió:

—¡Vamos, Aurora! Mateo no es complicado. Se le pasa fácil.

No contesté.

Primero, no tenía idea de cómo se consuela a alguien como él.

Segundo, no había dicho nada malo. ¿Por qué tenía que ir yo detrás de él?

Y tercero, él ni siquiera me da la oportunidad.

Si lo intento, seguro me va a tratar mal o se va a burlar.

Así que mejor me quedo en paz.

—Quítate. Me voy al Centro Globalis. No tengo tiempo que perder.

Su voz seca me hizo espabilar.

Levanté la cabeza y justo lo vi alejarse, con ese aire altanero de siempre.

Cuando salió por la puerta, Alan se giró y me e
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